Las lunas de lentes son la parte del lente que permite corregir la visión. También se les conoce como «cristales o vidrios».
Es un término común usado en algunos países (especialmente en América Latina) para referirse a los cristales o lentes correctivos que se colocan en los armazones de los anteojos. Las lunas pueden ser de distintos materiales, tratamientos y diseños, según las necesidades visuales del usuario.
Los marcos de acetato de buena calidad se caracterizan por su ligereza, finos acabados, resistencia, flexibilidad y transparencia.
Monofocales: Corrigen un solo tipo de problema visual: miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Bifocales: Tienen dos zonas: una para ver de lejos y otra para cerca (sin transición gradual).
Progresivos (multifocales): Corrigen visión lejana, intermedia y cercana con una transición suave (sin líneas visibles).
Ocupacionales: Especiales para trabajar en oficinas, computadoras, etc. (visión cercana e intermedia optimizada).
Antirreflejo: Reduce reflejos de luz, mejora la visión y la estética.
Fotocromático (transitions): Se oscurecen con la luz solar y se aclaran en interiores.
Filtro azul: Bloquea parte de la luz azul de pantallas (computadoras, celulares).
Polarizados: Reducen reflejos intensos, ideales para manejar o actividades al aire libre.
Espejados o tintados: Con color para estilo o protección solar.
Esféricos: Tienen una curvatura uniforme. Son más gruesos en los bordes para miopía.
Asféricos: Diseño más plano y delgado, mejor estética y visión periférica.
Lentes de alto índice: Más delgados y ligeros, ideales para graduaciones altas.