Córnea

Tras un trasplante de órganos, es muy común experimentar complicaciones. Es fundamental considerar algunos criterios previos al procedimiento, así como realizar una detección temprana y una gestión adecuada ante un problema de salud.

 

El trasplante de órganos es una opción vital para quienes se enfrentan a enfermedades terminales o disfunciones irreversibles en órganos importantes, siendo los más comunes, el riñón, el hígado, el pulmón, el corazón y el páncreas

Como explica Martín Padilla, médico especialista en gastroenterología de SANNA Clínica San Borja a Bienestar, este es un proceso que permite reemplazar un órgano y/o tejido procedente de un donante vivo o fallecido en un paciente con afecciones, como la insuficiencia renal crónica en hemodiálisis, cirrosis hepática, fibrosis pulmonar, diabetes tipo 1 insulinodependiente, entre otras.

 

Sin duda, este procedimiento es uno de los grandes avances de la medicina moderna, pues ofrece una segunda oportunidad a miles de personas de diferentes edades. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, el proceso de trasplante implica varios pasos, incluyendo: la evaluación del paciente para determinar su elegibilidad, la espera de un órgano compatible, el procedimiento quirúrgico para trasplantar el órgano o tejido donado y finalmente, un seguimiento post-trasplante para monitorear el rechazo y asegurar la integración exitosa del nuevo órgano, detalla Charles Miller, cirujano experto en trasplante de órganos de Cleveland Clinic.

Actualmente, existen más de 1438 personas que necesitan un órgano o tejido para salvar su vida. De todas ellas, 800 requieren de trasplante de córnea, 600 de riñón, 25 de hígado, 8 de corazón y 5 de pulmón. Los pacientes en lista de espera pertenecen a EsSalud.

¿Cuáles son los criterios para considerar un trasplante de órganos?

En definitiva, es primordial que el donante sea evaluado exhaustivamente para verificar la viabilidad y funcionamiento de cada uno de los órganos a trasplantar. Por ejemplo, es fundamental que este no tenga una enfermedad infectocontagiosa, ni una neoplasia que pueda ser transferida al receptor, precisa el gastroenterólogo.

 

“Mientras que, en el caso de los receptores, es necesaria la histocompatibilidad y el grupo sanguíneo ABO compatible con el donante. De igual manera, no debe presentar una infección activa no controlada, ni sufrir de una falla multiorgánica”, explica.

Por su parte, Mary Díaz, gerente de Procura y Trasplante de EsSalud señala que, uno de los desafíos médicos en la identificación de donantes y receptores compatibles es la escasez de órganos disponibles. “El 60% de los pacientes que requieren de este tipo de procedimiento son menores de 50 años, por lo que las vidas de estos jóvenes dependen en gran medida de la generosidad del donante peruano”.

Por ejemplo, en el Perú existen más de 4,000 personas en espera de transplante de córnea, en su mayoría jóvenes, que por lesiones, infecciones o queratocono presentan opacidad de su cornea o cicatrices opacas a nivel del cono y producen problemas de visión graves, recalcó Amelia Cerrate, Oftalmóloga de Clínica OftalmoMedic.

¿Cuáles son las complicaciones médicas inmediatas tras un trasplante de órganos?

Según Miller, las complicaciones médicas en el receptor del trasplante incluyen:

  • Riesgos quirúrgicos: Como pérdida de sangre y otras complicaciones.
  • Rechazo o fallo de órganos: La mayoría de las personas pueden tener algunos episodios breves de rechazo de órganos durante el primer año después de la cirugía.
  • Infección: Los especialistas recetan medicamentos inmunosupresores para ayudar a prevenir el rechazo de órganos en los receptores de trasplantes. Estos fármacos inhiben su sistema inmunológico, motivo por el cual, son más vulnerable a sufrir de infecciones comunes.

Mientras que los riesgos para los donantes vivos suelen ser los siguientes:

  • Riesgos generales de la cirugía, incluidos el dolor, pérdida de sangre e infección.
  • Daño al órgano durante el procedimiento, causando complicaciones a largo plazo.
  • Función renal reducida después de donar un riñón.
El sistema inmunológico del receptor puede identificar el órgano trasplantado como un invasor y rechazarlo. Por ello, los medicamentos inmunosupresores son fundamentales para prevenir este fenómeno.

“Ante la posibilidad de complicaciones médicas, se requiere de un monitoreo cercano de los especialistas encargados del cuidado: nefrólogos, gastroenterólogos-hepatólogos, neumólogos, cardiólogos, endocrinólogos entrenados y acreditados en la actividad de trasplantes para identificar, prevenir y tratar tempranamente estos problemas de salud con evaluaciones en la consulta ambulatoria, tales como los exámenes de laboratorio para medir los niveles en sangre del inmunosupresor, valoración de todos los parámetros de función del órgano trasplantado y estudio de imágenes”, mencionó el médico de SANNA.

¿Cómo se tratan las infecciones que pueden surgir después de un trasplante?

De acuerdo con Díaz, debido al estado de inmunosupresión y la reducción de la respuesta de defensas, se le debe dar al paciente una serie de antibióticos, antivirales y antifúngicos, justamente para evitar o manejar una posible infección. Igualmente, es importante realizar un seguimiento médico constante mediante una serie de exámenes de sangre.

¿Cuáles son los signos y síntomas de rechazo de órganos?

La sintomatología de rechazo de órganos puede variar dependiendo del tipo de órgano trasplantado; no obstante, hay ciertos signos generales que los pacientes y los cuidadores deben conocer y estar atentos para detectar esta complicación lo antes posible. Como detalla el cirujano de Cleveland Clinic, estos pueden ser:

  • Fiebre: Aunque puede ser un signo de muchas condiciones diferentes, la fiebre después de un trasplante puede indicar una reacción de rechazo.
  • Fatiga: Un aumento en la sensación de cansancio o debilidad puede ser un signo de que el cuerpo está luchando contra el órgano trasplantado.
  • Dolor o sensibilidad: Especialmente en el área del órgano trasplantado puede ser una señal de rechazo.
  • Cambio en la función del órgano: Dependiendo del órgano trasplantado, los signos de un cambio en la función pueden variar. Por ejemplo, en un trasplante de riñón, puede haber una disminución en la cantidad de orina producida; en un trasplante de hígado, puede haber un aumento en los niveles de bilirrubina que causa ictericia (piel y ojos amarillos); y en un trasplante de corazón, puede haber dificultad para respirar o hinchazón de las extremidades.
  • Cambio en los resultados de laboratorio: Los análisis de sangre pueden mostrar cambios que indican un rechazo, incluso antes de que aparezcan los síntomas físicos.
  • Inflamación: La hinchazón en el área del órgano trasplantado puede ser una señal de rechazo.
  • Gripe o síntomas similares a la gripe: Tales como escalofríos, dolores corporales y malestar general pueden ser indicativos de rechazo.

¿Cómo se aborda el rechazo de órganos después de un trasplante?

En concreto, esto se debe abordar desde la prevención, la cual comienza con el uso de medicamentos inmunosupresores inmediatamente después del procedimiento. Asimismo, como manifestó Charles Miller, se debe realizar un monitoreo regular mediante unos exámenes de sangre frecuentes para evaluar la función del órgano trasplantado y asegurarse de que los niveles de los inmunosupresores sean los adecuados.

La salud a largo plazo de los receptores se monitorea a través de consultas médicas periódicas, pruebas de laboratorio, estudios de imagen y recomendaciones específicas para cada tipo de órgano trasplantado.

“Sin embargo, en caso se empiecen a presentar los síntomas, es vital un diagnóstico temprano para proceder con un tratamiento efectivo. Si se detecta el rechazo, el equipo médico puede ajustar las dosis de los medicamentos inmunosupresores del paciente o cambiarlos por diferentes fármacos, con el objetivo de controlar la respuesta inmunitaria. Dependiendo de la gravedad y el tipo de rechazo (agudo o crónico), pueden emplearse tratamientos adicionales, como la administración de altas dosis de corticosteroides, terapias de anticuerpos o, en casos extremos, la realización de un nuevo trasplante”, explica Miller.

¿Cuáles son las complicaciones a largo plazo más frecuentes?

Las complicaciones post trasplante a largo plazo son las de tipo metabólicas: sobrepeso/obesidad, diabetes, hipertensión, hiperlipidemia, disfunción renal y la posibilidad de aparición de neoplasias (cáncer), razón por la cual, es sustancial un seguimiento de por vida por el equipo multidisciplinario de trasplante, expresa Martín Padilla.

“En efecto, otra complicación puede ser el rechazo crónico del órgano, aunque este riesgo se puede reducir con una serie de cuidados apropiados, los cuales tengan como base, un estilo de vida saludable. Por ejemplo, una persona con un riñón trasplantado puede vivir hasta 20 años con dicho órgano y disfrutar de una buena calidad de vida, siempre y cuando, cumpla con las indicaciones médicas. Además, cabe mencionar que, los pacientes mantienen un monitoreo médico continuo y un manejo integral de la atención médica. Por lo tanto, cuando las complicaciones son frecuentes y antes del tiempo estimado, los individuos vuelven a ser evaluados para la opción de un segundo trasplante”, indica la profesional de EsSalud.

Cuidados post-trasplante de órganos

En primer lugar, es fundamental que el paciente sea consciente de practicar una vida saludable, es decir, llevar una alimentación balanceada, realizar ejercicio físico moderado, evitar el consumo de alcohol y tabaco, mantener un peso adecuado y tomar todas las medicinas exactamente como se prescriben. De igual modo, debe acudir a todas sus consultas de control y, sobre todo, mantener una comunicación permanente con el equipo encargado del trasplante y su médico de cabecera, recalcó el especialista en gastroenterología.